El lago encantado Songtext
von Les Luthiers
El lago encantado Songtext
Hoy se representa el ballet de Mastropiero "El Lago Encantado"
El director de orquesta ya ocupa el podio
Va a comenzar la obertura
El lago encantado
Refiere la historia de las doncellas
Embrujadas por el gran hechicero
Quien solo por las noches las libera del hechizo
Durante el día, las convierte en marineros
Narra el amor de la doncella Malixendra y el Príncipe Vasili
Así llamado por su carácter dubitativo
Se levanta el telón
La escena, a orillas del lago encantado, es de noche
Roboflecto, el salvaje esclavo negro del gran hechicero
Vestido solo con un taparrabos de plumas multicolores
Da vueltas alrededor de la escena
Girando sobre sí mismo
Aparece la primera bailarina
Detrás, aparecen, la segunda, la tercera, la cuarta, son como cuarenta
Las doncellas, cautivas, ocupan el escenario bailando en puntas
Tal vez para no despertar al gran hechicero
En los ceñidos tutús de raso blanco que visten las doncellas
Como es usual en las bailarinas clásicas
No hay nada que se destaque especialmente
Roboflecto vigila a las doncellas girando a su alrededor
Las doncellas oyen que alguien se aproxima
Y apresuradamente se internan entre los juncos
Roboflecto realiza una sucesión de grand piruet
Vertiginosos giros sobre una pierna
Y también desaparece entre los juncos
Entran de cacería el Príncipe Vasili, su amigo Renaldo y un grupo de aldeanos
Los cazadores comentan la ruda jornada transcurrida
Dando pequeños saltos y diciéndose cosas al oído
Vasili y Renaldo visten atuendos de color gris perla
La capa del Príncipe es celeste y tiene las borlas doradas
Los aldeanos usan rústicas vestimentas en la gama de los fucsias
Los trajes son muy ajustados y marcan claramente las diferencias sociales
Roboflecto aparece girando en lo alto de un peñasco
Y espía a los cazadores
El Príncipe Vasili duda un instante
Ordena detener la marcha para descansar
Inician el descanso, y el príncipe, tras vacilar un momento
Se dirige al centro de la escena
Ahora comienza a desplazarse velozmente
Con sucesivos grand jetés
Enormes saltos con las piernas extendidas
Renaldo y los aldeanos
Responden con elásticos saltos en assemblé
Todos realizan violentos entechatsis
Batiendo las piernas en el aire vertiginosamente
El Príncipe se detiene y da por terminado el descanso
Ordena reanudar la marcha
Pero Renaldo y los aldeanos, agotados, se niegan
Vasili, dubitativo
Se cubre el rostro con las manos
Renaldo y los aldeanos aprovechan para dispersarse entre los juncos
El Príncipe cuenta hasta 30 y sale a buscarlos
Pero la salida de Vasili es interceptada por la aparición
De la hermosa doncella Malixendra
Roboflecto se arroja desde el peñasco en espiral
Y sale girando a informar al gran hechicero
La hermosa doncella Malixendra
Ha aparecido erguida y con las manos unidas sobre su cabeza
O sea, en quinta posición de la danza clásica
El Príncipe, deslumbrado, duda un instante
Hasta que por fin la saca a bailar
Malixendra va hacia Vasili y le ruega que libere a las doncellas
El Príncipe la recibe en segunda posición
Es decir, con los brazos abiertos
Ambos bailan un romántico y ardiente pas de deux
En el que se expresan mutuamente su amor
Con gran variedad de desplazamientos
Y en todas las posiciones
El Pas de deux es interrumpido por el gran hechicero
Todo de negro y con lentejuelas
Con su esclavo Roboflecto girando salvajemente a su alrededor
El brujo, presa de la ira
Se incorpora a la danza en un tenso pas de trois
Ahora Roboflecto se agrega girando velozmente
Y los cuatro bailan un dramático pas de quatre
Entran Renaldo, los aldeanos y las doncellas
Todos bailan un impresionante paspartout
Faltan algunos aldeanos y doncellas
Que se han demorado entre los juncos
El gran hechicero desafía a Vasili a una pelea a muerte
El Príncipe, enamorado profundamente de Malixendra
Por una vez no vacila y, decididamente
Rechaza el desafío
De pronto, de las aguas del lago, envuelta en gasas plateadas
Surge el Hada Axágata, helada, Axágata
Surge como por arte de magia
Toca el brazo del Príncipe con su varita mágica
Y lo inmuniza contra maleficios por tres años
Ahora sí, sabiéndose protegido
Vasili duda un instante
Y corre a batirse con el gran hechicero sobre el enorme peñasco
Renaldo consuela a la desesperada Malixendra
Sobre el peñasco
Se divisan las siluetas del Príncipe y del gran hechicero
En interesante pelea
Renaldo consuela a Malixendra cada vez más
La toma por la cintura y la sienta sobre sus hombros
Malixendra se deja levantar
Comienza a amanecer
Roboflecto vigila a las doncellas
Girando incansablemente a su alrededor
Sobre el peñasco persiste la lucha
Y Malixendra sigue alzada
A medida que va amaneciendo, las doncellas, en virtud del hechizo
Comienzan a convertirse en marineros
El gran hechicero sigue ocupado en su lucha con el Príncipe
Y Roboflecto continúa girando, ya un poco cansado
Aprovechando esto, los marineros que van surgiendo
Forman parejas con las doncellas que todavía no se han transformado
Los marineros bailan con las doncellas
Con las primeras claridades del día van saliendo de entre los juncos
Algunos aldeanos que, con gran estupor
Traen de la mano a sendos marineros
Algunos aldeanos llegan, incluso, huyendo despavoridos
El Príncipe arrastra al gran hechicero hasta el borde del peñasco
Vacila brevemente
Y lo arroja al vacío
Con la derrota del brujo se desvanece el maleficio
Y todos los marineros recuperan su forma de doncellas
Menos tres, que resultan ser marineros de verdad
Eufóricos y felices las doncellas y los aldeanos bailan en una pierna
Los tres marineros se retiran discretamente
El Príncipe baja del peñasco y se arroja en brazos de Malixendra
Pero allí, en brazos de Malixendra, está Renaldo
Vasili duda del amor de Malixendra, duda de la amistad de Renaldo
Y ya no le cabe la menor duda
Todos se alejan del atormentado Vasili
Asoma el sol
El salvaje Roboflecto, extenuado
Da vueltas en derredor buscando a su amo, el gran hechicero
Pese a estar ya totalmente mareado
Se lanza a girar desenfrenadamente
Y choca contra el peñasco
Va cayendo el telón
Un tenue rayo de sol ilumina a Vasili, agobiado por la duda
Y a Roboflecto rodando hacia al lago
(¡Ladrones!)
¡Señores, señores!, ¡tranquilidad por favor!
Tranquilidad, señores, un momentito
Inmediatamente vamos a representar otro final del ballet
Silencio por favor y no rompan nada
Todos vuelven a su lugar
Se va a representar el otro final del ballet "El Lago Encantado"
Vasili duda del amor de Malixendra
Duda de la amistad de Renaldo
Pero Malixendra arrepentida va al encuentro del Príncipe
Y los tres se abrazan emocionados
Renaldo y los aldeanos
Inician una despreocupada danza con un grupo de doncellas
Ahora, desaparecen con ellas detrás del peñasco
En medio de la alegría
Nadie repara en que el gran hechicero está volviendo en sí
Lanza una diabólica mirada a su alrededor
Se yergue vigorosamente ante varias desprevenidas doncellas
Y las conduce gentilmente hacia el peñasco
Al ver esto Roboflecto, entusiasmado por primera vez deja de girar
Sale corriendo y también desaparece detrás del peñasco
Vasili y Malixendra festejan el reencuentro en una danza exultante
Desde el peñasco vuelven algunas doncellas despeinadas
Con las ropas en desorden y sonriendo con placidez
Las doncellas que quedan
Mejor dicho, las que quedan doncellas
Forman fila a la vera del peñasco
El director de orquesta ya ocupa el podio
Va a comenzar la obertura
El lago encantado
Refiere la historia de las doncellas
Embrujadas por el gran hechicero
Quien solo por las noches las libera del hechizo
Durante el día, las convierte en marineros
Narra el amor de la doncella Malixendra y el Príncipe Vasili
Así llamado por su carácter dubitativo
Se levanta el telón
La escena, a orillas del lago encantado, es de noche
Roboflecto, el salvaje esclavo negro del gran hechicero
Vestido solo con un taparrabos de plumas multicolores
Da vueltas alrededor de la escena
Girando sobre sí mismo
Aparece la primera bailarina
Detrás, aparecen, la segunda, la tercera, la cuarta, son como cuarenta
Las doncellas, cautivas, ocupan el escenario bailando en puntas
Tal vez para no despertar al gran hechicero
En los ceñidos tutús de raso blanco que visten las doncellas
Como es usual en las bailarinas clásicas
No hay nada que se destaque especialmente
Roboflecto vigila a las doncellas girando a su alrededor
Las doncellas oyen que alguien se aproxima
Y apresuradamente se internan entre los juncos
Roboflecto realiza una sucesión de grand piruet
Vertiginosos giros sobre una pierna
Y también desaparece entre los juncos
Entran de cacería el Príncipe Vasili, su amigo Renaldo y un grupo de aldeanos
Los cazadores comentan la ruda jornada transcurrida
Dando pequeños saltos y diciéndose cosas al oído
Vasili y Renaldo visten atuendos de color gris perla
La capa del Príncipe es celeste y tiene las borlas doradas
Los aldeanos usan rústicas vestimentas en la gama de los fucsias
Los trajes son muy ajustados y marcan claramente las diferencias sociales
Roboflecto aparece girando en lo alto de un peñasco
Y espía a los cazadores
El Príncipe Vasili duda un instante
Ordena detener la marcha para descansar
Inician el descanso, y el príncipe, tras vacilar un momento
Se dirige al centro de la escena
Ahora comienza a desplazarse velozmente
Con sucesivos grand jetés
Enormes saltos con las piernas extendidas
Renaldo y los aldeanos
Responden con elásticos saltos en assemblé
Todos realizan violentos entechatsis
Batiendo las piernas en el aire vertiginosamente
El Príncipe se detiene y da por terminado el descanso
Ordena reanudar la marcha
Pero Renaldo y los aldeanos, agotados, se niegan
Vasili, dubitativo
Se cubre el rostro con las manos
Renaldo y los aldeanos aprovechan para dispersarse entre los juncos
El Príncipe cuenta hasta 30 y sale a buscarlos
Pero la salida de Vasili es interceptada por la aparición
De la hermosa doncella Malixendra
Roboflecto se arroja desde el peñasco en espiral
Y sale girando a informar al gran hechicero
La hermosa doncella Malixendra
Ha aparecido erguida y con las manos unidas sobre su cabeza
O sea, en quinta posición de la danza clásica
El Príncipe, deslumbrado, duda un instante
Hasta que por fin la saca a bailar
Malixendra va hacia Vasili y le ruega que libere a las doncellas
El Príncipe la recibe en segunda posición
Es decir, con los brazos abiertos
Ambos bailan un romántico y ardiente pas de deux
En el que se expresan mutuamente su amor
Con gran variedad de desplazamientos
Y en todas las posiciones
El Pas de deux es interrumpido por el gran hechicero
Todo de negro y con lentejuelas
Con su esclavo Roboflecto girando salvajemente a su alrededor
El brujo, presa de la ira
Se incorpora a la danza en un tenso pas de trois
Ahora Roboflecto se agrega girando velozmente
Y los cuatro bailan un dramático pas de quatre
Entran Renaldo, los aldeanos y las doncellas
Todos bailan un impresionante paspartout
Faltan algunos aldeanos y doncellas
Que se han demorado entre los juncos
El gran hechicero desafía a Vasili a una pelea a muerte
El Príncipe, enamorado profundamente de Malixendra
Por una vez no vacila y, decididamente
Rechaza el desafío
De pronto, de las aguas del lago, envuelta en gasas plateadas
Surge el Hada Axágata, helada, Axágata
Surge como por arte de magia
Toca el brazo del Príncipe con su varita mágica
Y lo inmuniza contra maleficios por tres años
Ahora sí, sabiéndose protegido
Vasili duda un instante
Y corre a batirse con el gran hechicero sobre el enorme peñasco
Renaldo consuela a la desesperada Malixendra
Sobre el peñasco
Se divisan las siluetas del Príncipe y del gran hechicero
En interesante pelea
Renaldo consuela a Malixendra cada vez más
La toma por la cintura y la sienta sobre sus hombros
Malixendra se deja levantar
Comienza a amanecer
Roboflecto vigila a las doncellas
Girando incansablemente a su alrededor
Sobre el peñasco persiste la lucha
Y Malixendra sigue alzada
A medida que va amaneciendo, las doncellas, en virtud del hechizo
Comienzan a convertirse en marineros
El gran hechicero sigue ocupado en su lucha con el Príncipe
Y Roboflecto continúa girando, ya un poco cansado
Aprovechando esto, los marineros que van surgiendo
Forman parejas con las doncellas que todavía no se han transformado
Los marineros bailan con las doncellas
Con las primeras claridades del día van saliendo de entre los juncos
Algunos aldeanos que, con gran estupor
Traen de la mano a sendos marineros
Algunos aldeanos llegan, incluso, huyendo despavoridos
El Príncipe arrastra al gran hechicero hasta el borde del peñasco
Vacila brevemente
Y lo arroja al vacío
Con la derrota del brujo se desvanece el maleficio
Y todos los marineros recuperan su forma de doncellas
Menos tres, que resultan ser marineros de verdad
Eufóricos y felices las doncellas y los aldeanos bailan en una pierna
Los tres marineros se retiran discretamente
El Príncipe baja del peñasco y se arroja en brazos de Malixendra
Pero allí, en brazos de Malixendra, está Renaldo
Vasili duda del amor de Malixendra, duda de la amistad de Renaldo
Y ya no le cabe la menor duda
Todos se alejan del atormentado Vasili
Asoma el sol
El salvaje Roboflecto, extenuado
Da vueltas en derredor buscando a su amo, el gran hechicero
Pese a estar ya totalmente mareado
Se lanza a girar desenfrenadamente
Y choca contra el peñasco
Va cayendo el telón
Un tenue rayo de sol ilumina a Vasili, agobiado por la duda
Y a Roboflecto rodando hacia al lago
(¡Ladrones!)
¡Señores, señores!, ¡tranquilidad por favor!
Tranquilidad, señores, un momentito
Inmediatamente vamos a representar otro final del ballet
Silencio por favor y no rompan nada
Todos vuelven a su lugar
Se va a representar el otro final del ballet "El Lago Encantado"
Vasili duda del amor de Malixendra
Duda de la amistad de Renaldo
Pero Malixendra arrepentida va al encuentro del Príncipe
Y los tres se abrazan emocionados
Renaldo y los aldeanos
Inician una despreocupada danza con un grupo de doncellas
Ahora, desaparecen con ellas detrás del peñasco
En medio de la alegría
Nadie repara en que el gran hechicero está volviendo en sí
Lanza una diabólica mirada a su alrededor
Se yergue vigorosamente ante varias desprevenidas doncellas
Y las conduce gentilmente hacia el peñasco
Al ver esto Roboflecto, entusiasmado por primera vez deja de girar
Sale corriendo y también desaparece detrás del peñasco
Vasili y Malixendra festejan el reencuentro en una danza exultante
Desde el peñasco vuelven algunas doncellas despeinadas
Con las ropas en desorden y sonriendo con placidez
Las doncellas que quedan
Mejor dicho, las que quedan doncellas
Forman fila a la vera del peñasco
Writer(s): Carlos Alberto Nunez, Marcos Mundstock, Ernesto Raul Acher, Jorge Luis Maronna, Carlos Alberto Daniel Lopez Puccio, Daniel Abraham Rabinovich Lyrics powered by www.musixmatch.com